Capitulo 6

Hoy me propuesto ir a clase, así es...¡VOY A IR A CLASE! ¿Increíble?

Realmente voy porque me han dicho que hay un nuevo profesor, quiero reírme de él, pobre inútil la que le va a caer.

Dios odio ese timbre, taladra la cabeza, me elimina las pocas neuronas que me quedan.

-Y bien Cath... ¿Quién es el nuevo?

-Ahora nos toca con él...

-¿Si? JAJAJAJ, pobre idiota.

-¿Por?

-Porque le vamos hacer la vida imposible.

-Guardate las risas.

-Vale...

-Shh, calla que viene.

El profesor entra.

-Chicos cada uno a su sitio. ¿Algún alumno nuevo?

-¡Yo! 

-¿Tu?

-Sí, yo.

-¿Cómo es tu nombre?

-Hann

-Me gusta.

-Me encanta que te guste.

-Bien, sientate.

-¡CATH, ES GUAPÍSIMO!

-Y joven..

-Lo sé.

-Va a ser mío.

-Lo sé.

-¿Así?

-Sí, por eso te dije que vinieras.

-Te quiero pequeña zorra.

-Muy bien chicos poneros en la página 123 y haced todos los ejercicios, con la explicación de ayer los deberíais entender. 

-Hann la clase acabado. ¿Qué vas hacer? 

-Ir hablar con él.

Fui directa a su despacho, ahí estaba, era perfecto. Moreno, pelo corto, con un poco de cresta y llevaba una camiseta un poco inapropiada para dar clase, era de motorhead, me encanta, me encataba.

-¿Molesto?

-No, no, adelante.

-Gracias.

-¿A qué se debe esa educación?

-¿Acaso crees que no tengo?

-Si, se que la tienes. Pero escondida. Muy escondida.

-¿Genial?

-Sí a mi eso me gusta, la usas para el momento adecuado.

-Ya, lo sé.

-Y yo.

-¿Quieres que contigo la use?

-¿El qué?

-La educación.

-No, para nada.

-¿Entonces que quieres que use?

-A mí.

-¿Nos conocíamos ya de antes?

-Sí, te vi una vez.

-¿Así?

-Sí, me pareciste sexy, muy sexy.

-Eres mi profesor.

-Ya, pero se porqué has venido, si no, no estarías aquí.

Me acerco

-¿Si? Entonces... ¿A qué vine?

En ese instante, casi antes de terminar esa pregunta me cogió me tumbo sobre su mesa del escritorio, me desnudo. 

Le agarre fuerte de la espalda, le quite la camiseta.

Me encantaba era tan agresivo, parecía un tigre, me arañaba y yo a él.

Me hacía de todo, todas las guarradas inexplicables. 

Gemiamos como locos, estábamos agotados, cansados, pero queríamos más...

-¿A qué viniste?

-...

-Ya lo sabes, tanto tu como yo.

-Adiós, mañana te veo en clase.

-Señorita Hann, veo que usted es muy educada y que todos los deberes los sabe hacer muy bien.

No conteste simplemente le mire y me marche.