Capitulo 8

-Sabes Jack, siempre que te veo pienso que eres el más idiota del grupo.
-Ya, pero sabes que no.
-Sí, exacto, por desgracia tú no lo eres.
-Lo es él.
-¡Ag, sí, lo es él!
-Luis no es tan idiota...
-No, que va.
-Estoy yo Hann.
-Jajajaja, idiota.
-¿Ves?
-Anda, calla y pon música.
-¿Qué pongo?
-Aleatória, que salga la mejor.
-Está bien.
Madre  mía, no os imaginais que temazo salió de aquella cadena de música. Def Leppard en acción, los chicos rebeldes, los iconos sexuales, ellos.
-¿Te gusta?
-¡Já, que si me gusta! 
-Lo sabía. Hann eres una diosa.
-Ya, lo sé, sé que lo soy.
-Creída.
-No, para nada. Soy una diosa a mi manera, amante del rock, adicta al sexo pero no más que a las drogas, destruida por dentro pero de hierro por fuera, soy lo que todos quieren ser, soy simplemente una diosa.
-¿Recuerdas cuándo éramos pequeños?
-Si, lo recuerdo.
-Eramos novios, éramos mejores amigos, me contabas todo, hacíamos todo juntos.
-Todo.
-Sí, todo.
-Nuestro primer
-¡Beso!
-Jajajaja, sí, que fácil era todo por entonces.
-Un beso era lo que más nos preocupaba.
-Besame.
-¿Pero qué dices?
-Besame.
-¿Y Luis?
-Él ahora se estará follando alguna, seguro.
-Tienes razón.
-¿Me vas a besar si o no?
Su cara se acerco a la mía, note aquellos labios infantiles que fueron mi primer y mejor beso. Sonreía mientras me besaba. 
-Echaba de menos un beso así Jack.
-Y yo pequeña Hann.
-¿Por qué me miras así?
-Porque eres sexy, porque te has ido con el idiota.
-Espera, ¿de qué idiota estamos hablando?
-¡De Luis!
-Deja a Luis, que él no está aquí.
-Tienes razón.
Me abrazó, esta vez no me beso, nada, no paso nada. Me alegre, él sabía lo que yo necesitaba, un simple beso que me recordara la infancia, lo fácil que era todo cuando éramos pequeños.
-Jack, quiero irme.
-¿Por qué?
-Necesito pasear, despejarme, ya sabes...
-Dame toda la droga que lleves, no quiero que vayas drogada hoy. Quiero que tú día termine bien.
-¿Acaso no termina bien si voy drogada?
-No, porque entonces no sabrás si nuestro beso fue real o ficticio.
-Está bien, toma.
-Adiós, pequeña.
-Adiós.
Me dio un beso en la boca, un roce de labios, sin más.
Llevaba una sonrisa en la cara la cual extrañaba, hacía mucho tiempo que no sonreía así. Ese beso me hizo pensar mucho, me hizo pensar en que Luis era un simple capullo, inútil, que para lo único que sirve es para follar en las noches que no tienes pareja. Sin embargo Jack, no, él siempre había estado ahí cuando estaba mal, al igual que Cath. Ellos eran mis amigos de siempre, los de verdad. Pero como no, la chica siempre se enamora del malo, de Luis. 
Sin darme cuenta ya estaba lejos de casa de Jack, lejos de él, de mi droga, de su beso. Él estaba lejos de su pequeña.