domingo, 21 de octubre de 2012

Capitulo 9

-Cath ven.
-¿Qué pasa?
-Nada, ven.
Mientras venía, me desnude, me quite el maquillaje, me duche, me peine. Sí, acababa de volver, tras estar con Jack no volví a casa hasta la mañana siguiente había estado sentada en la playa toda la noche, quise ver el amanecer. 
Din don.
-¡Mierda ya esta!
Apenas iba vestida, llevaba puesta la ropa interior. Abrí la puerta.
-Oh, oh. 
Sí, exacto no era Cath, era Luis.
-Joder, antes me recibías con ropa por lo menos.
-Vete, no quiero estar contigo ahora.
-Pero yo sí, si no, no estaría aquí.
-Gilipollas.
-Lo que tu digas. ¿Follamos?
-¿Qué pasa ayer no conseguiste ninguna zorra a la que tirarte?

-Sí, tres consegui a tres a la vez, pero ya sabes no fue suficiente. Necesito algo para finalizar el trabajo.
-Yo deje de ser las sobras de alguien desde hace un par de tiempo.
-¿Desde cuando? ¿Desde hace dos días? ¡Venga, vamos! 
-¡Qué te larges!
-Está bien.
Me apretó el culo como si fuera la última vez que lo fuera hacer, con rabia, con odio, pero con deseo. Sabía que a mi eso me iba a poder. Lo intente, intente ser fuerte pero no. 
-Besame, hijo de puta.
Así fue me empezó a besar, me estampo contra la pared, todo empezó a suceder muy rápido, pero yo solo pensaba en Jack. 
-¿ Estás bien Hann?
-Sigue, calla, más, no pares.
Tenía tanto odio dentro de mí, que no quería que parase, quería ser su último plato, pero el que peor le dejara. Iba a estar destrozado.
Terminamos ambos cansados, agotados, no podíamos más, pero yo le obligue a seguir otra vez, así es, quería más, quería utilizarle todo lo que me había utilizado el a mi.
-Hann me tengo que ir.
-Está bien.
-¿Qué rápido me dices que me vaya?
-Sí, tengo visita.
-Genial, adiós.
-Adiós.
En ese momento cuando Luis salía de casa se cruzo con Cath, estaba claro lo que pensaba, yo iba en ropa interior, él iba cansado, despeinado... Era fácil saber lo que pensaba. Me miro algo decepcionada.
-Cath, pasa.
-¿Hola? ¿Me explicas esto?
-Si... No es lo que parece.
-No, no, nunca es lo que parece, pero te lo acabaras de tirar seguramente.
-Sí.
-Bueno tu verás, es tú vida y yo estoy cansada ya.
-Lo sé...
-¿Para que me has hecho venir?
-Tenia que contarte lo que me paso ayer.
-¿El qué?
-¿Por qué me miras con cara de asustada?
-Hann... Si no te conociera.
-Ya. Ayer estuve con Jack.
Le conto todo lo ocurrido, detalle a detalle.
-¡INCREÍBLE HANN, INCREÍBLE!.
-¿Qué?
-Después de todo eso, vas y te follas a Luis como si nada, ¿y ahora qué? ¿Llamaras Jack? ¿Le pediras que venga?
-No, seguramente vendra sin que le llame.
-Eres un golfa.
-Lo sé, pero que voy hacer...
-¡Cambiar, Hann, cambiar!
-No puedo.
-Si, deberías de empezar a dejar las drogas, el alcohol, quererte un poco.
-¡Já!
Llamaron al timbre. Fui a la puerta, para mi sorpresa era Jack.
-¡Hann, pequeña!
-Jack... Espera un momento.
En ese instante Cath nos interrumpió con una risa.
-Já, Hann, me voy, tenéis mucho de que hablar. Adiós, me llamas, cuando sepas que hacer con tu puta vida.
-Adiós Cath.
-¡Adiós, gatita! 
Jack siempre la llamo gatita, nunca sabre el porqué, pero bueno.
-¿De qué tenemos que hablar Hann?
-¿Tu y yo nos queremos?
-Sí, claro.
-¿Me ayudarías a ser feliz, a cambiar, a ser mejor que ahora, ayudarme a saber que hacer con mi vida?
-Hann, llevo esperando esa maldita pregunta desde el primer día que empezaste a drogarte.
-¿Eso es...?
-Un sí, un quiero ayudarte.
Sí, Jack nunca me pregunto que paso, nunca me pregunto porqué Cath dijo eso. Le quiero, sé que él me ayudara.
Lo que Hann nunca supo es que Jack se encontro a Luis a la salida de su casa, que le había contado todo. Jack estaba tan decepcionado, que no sabía que hacer. Lo único que le quedaba para no perder a Hann era ayudarla. 




1 comentario: